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Revisión del 18:16 25 ago 2019
El impala de cara negra, subespecie del impala (Aepyceros melampus), es un antílope africano esbelto y ágil que puede llegar a pesar hasta 80 Kg. y llegar al metro de altura. Su pelaje es principalmente de un color marrón claro, a excepción del vientre y la parte trasera, que presentan un color blanco. Esta subespecie de impala se puede identificar por sus manchas negras que presenta en su cara, aunque también tiene manchas negras en otras partes del cuerpo como la cola o las patas. Como todos los antílopes, es herbívoro. Se alimenta principalmente de hojas de acacia y de diferentes arbustos, pero también come hierba y frutos caídos de los árboles.
El impala está activo las 24 horas del día, alternando el descanso con el pasturaje, y bebiendo agua por lo menos una vez al día. Un tercio de los machos adultos defienden un territorio, el cual varía entre 0,2 y 0,9 Kilómetros cuadrados. Estos territorios se marcan con orina y excrementos y son defendidos de machos rivales. El macho dueño del territorio intentará controlar cualquier rebaño de hembras que entre en su territorio. Los rebaños de impalas pueden estar formados o bien por hembras, ejemplares jóvenes y crías, o bien tan sólo por machos.
Una de las características más sorprendentes del movimiento del impala son sus saltos, llegando a desplazarse hasta 9 metros de un solo salto o elevarse hasta los 3 metros de altura. Contrariamente a otros herbívoros de la llanura, los impalas prefieren adentrarse en zonas de vegetación más densa en lugar de estar a campo abierto.