El ibis eremita (Geronticus eremita) es una especie de ave pelecaniforme de la familia Threskiornithidae propia de Europa, Oriente próximo y África. Está en peligro crítico de extinción y solo sobrevivió en estado silvestre en Marruecos; y escasamente en Siria. En Europa se extinguió a comienzos de la edad moderna, y posteriormente también desapareció de Turquía, donde se conservó hasta finales del siglo XX, y desde donde migraba a puntos de África oriental. Existen planes de conservación en cautividad y semicautividad, y ha sido reintroducido en el sur la península ibérica y Austria.
Identificación[]

Juvenil, los adultos tienen la cabeza roja
Ibis de plumaje negro, con reflejos metálicos verdes y púrpuras, caracterizado en la edad adulta por exhibir una cabeza pelada y roja, un pico también rojo, largo y curvo, y unas largas plumas colgantes sobre la nuca y la parte alta del cuello. Los inmaduros son más apagados, con cabeza más oscura y plumas ornamentales menos desarrolladas. Resulta algo más grande que el morito común.
Ecología[]
Vive en zonas relativamente áridas, ligado a ramblas, llanos y mesetas provistos de acantilados rocosos donde instalar las colonias de cría. También se alimenta, sobre todo en invierno, en campos de cultivo, prados y pastizales. Tiene una dieta esencialmente animal, a base de insectos y otros invertebrados, aunque en ocasiones también consume reptiles, anfibios, peces e incluso pequeños mamíferos. Instala en repisas sus nidos, hechos de ramitas y forrados con hierbas, pajas, etc. Las puestas típicas constan de dos a cuatro huevos.
Distribución en el mundo[]
Se trata de una especie en peligro crítico de extinción, y ahora tan solo cuenta con una pequeña población en el suroeste de Marruecos (cerca de Agadir) y con otras todavía menores, vestigiales, en sendas localidades de Siria (desierto de Palmira) y Turquía (Birecik). Anteriormente, el ibis eremita estuvo mucho más repartido, habiéndose reproducido por ejemplo en Centroeuropa (Austria, Hungría y Suiza) hasta el siglo XVIII. Migrador en Siria y Turquía, es residente en Marruecos, desde donde tienen lugar dispersiones de alcance no bien conocido (hay observaciones en Mauritania, Senegal y Mali).
En la cultura[]
Según la leyenda local de la región de Birecik, el ibis eremita era una de las primeras aves que Noé liberó de su arca como símbolo de fertilidad, y el arraigado sentimiento religioso en Turquía ayudó a las colonias locales a sobrevivir mucho tiempo después que desaparecieran las de Europa.

El ibis eremita representaba la palabra «brillar» en los jeroglíficos egipcios.
Este ibis era venerado como un ave sagrada en el Antiguo Egipto, junto al ibis sagrado, y ambos eran considerados la reencarnación de Tot, el dios de la escritura, que generalmente se representaba como un hombre con cabeza de ibis. La palabra del antiguo egipcio akh, que significa «resplandecer, brillar», en la escritura jeroglífica se representaba con el símbolo de un ibis eremita, probablemente en referencia a su plumaje brillante. En un sentido más abstracto akh representa la excelencia, la gloria, el honor y la virtud. También se usaba como representación del alma o el espíritu, uno de los cinco elementos del ser humano.

Heródoto escribió sobre las aves antropófagas del Estínfalo, que tenían el pico y las alas de bronce, y plumas metálicas afiladas que podían disparar a sus víctimas. Estas criaturas míticas vivían en el lago Stimfalía en Arcadia, y uno de los doce trabajos de Heracles consistió en librarse de ellas. Algunos piensan que estas aves mitológicas podrían basarse en el ibis eremita por su plumaje brillante, pero como se describían como aves acuáticas, que generalmente se representaban sin cresta, es más probable que derivaran de los ibis sagrados. Algunas representaciones, como la figura de un ánfora ateniense del siglo VI a. C. del Museo Británico, muestran claramente la cabeza negra y el cuerpo blanco de esta última especie. Tras la extinción del ibis eremita de Europa central, algunos expertos posteriores pensaron que la propia descripción de Gesner de la especie también se trataba de una criatura mítica.
El ave pintada en 1490 en uno de los frescos góticos de la iglesia de la Trinidad de Hrastovlje (en el suroeste de la actual Eslovenia) por Johannes de Castua probablemente se trate de un ibis eremita. Se cree que también fue representado en otros lugares de Istria y Dalmacia, donde seguramente vivía en la Edad Media, como por ejemplo en la iglesia de Gradišče pri Divači y en el escudo de armas de la familia Elio de Koper. En el portal del castillo de Lukovica pri Brezovici (en Eslovenia central) también se representa a esta especie.
Varios países han emitido sellos postales con representaciones del ibis eremita. Entre ellos se incluyen: Argelia, Marruecos, Sudán, Siria, Turquía y Yemen (que son lugares de cría o de sus rutas migratorias); Austria (que está intentando reintroducirlo); y Jersey (que tiene una pequeña población en cautividad).