Identificación[]
Es un ave grande y esbelta, de patas y cuello largos y de coloración general gris ceniza, más oscura hacia el extremo de las alas. En los adultos destaca un penacho de plumas colgantes a modo de cola, que son en realidad las rémiges terciarias modificadas. En la cabeza, de color negro, destacan el píleo rojo y unas franjas blanquecinas a ambos lados que se extienden, a partir de los ojos, por las mejillas y el cuello. El pico, bastante largo y apuntado, tiene una tonalidad gris verdosa. Los jóvenes presentan un color parduzco y carecen del diseño característico de la cabeza. Las grullas vuelan con el cuello y las patas estirados, constituyendo bandadas que se reconocen fácilmente, no solo por la característica formación en “V” que adoptan, sino por los potentes trompeteos emitidos continuamente por todos los componentes, que pueden escucharse a considerable distancia.
Longitud[]
96-119 cm
Envergadura[]
180-222 cm
Canto[]
Consiste en un trompeteo característico, articulado gracias a una larga tráquea varias veces curvada y alojada en la cavidad torácica, que actúa en conjunto a modo de caja de resonancia. Además, puede emitir voces más bajas y roncas, en tanto que los jóvenes producen silbidos cuando siguen a los adultos en vuelo.
Desplazamientos[]

Las áreas de reproducción de la grulla común se extienden por una amplia franja que abarca el norte de Europa y el centro y noreste de Asia, con algunos otros núcleos en Europa suroriental y en las inmediaciones de los mares Caspio y Negro. A lo largo de la invernada alcanza España, Portugal, el sur de Francia, el norte y este de África y Asia meridional.
Población[]
La población europea de esta especie se estima en 74.000- 110.000 parejas reproductoras y, aunque sufrió un importante descenso entre los años setenta y noventa del pasado siglo, la tendencia desde entonces se puede considerar positiva. España acoge entre 75.000 y 82.000 individuos, con efectivos estables en los últimos tiempos, en tanto que el resto de países europeos donde inverna cuenta con alrededor de 78.000 ejemplares.
Hábitat[]

Grupo en vuelo cerca de la laguna de Gallocanta.
En Europa la grulla común cría principalmente en los bosques de la taiga y otros bosques mixtos, en altitudes desde el nivel del mar hasta los 2200 metros. En los climas fríos del norte también se encuentra en los páramos sin árboles, ciénagas y brezalews, generalmente alrededor de charcas y lagunas. en Suecia generalmente se encuentra en claros pantanosos de los pinares, mientras que en Alemania ocupa los humedales. El hábitat de cría que usa en Rusia es similar, aunque allí también puede encontrase en hábitats a priori menos propicios como la estepa e incluso los semidesiertos, siempre que haya agua cerca. La mayoría de las grullas se reproducen en zonas pantanosas arboladas, ciénagas y demás humedales, y necesitan ambientes tranquilos con mínima interferencia humana. Normalmente en sus hábitats de cría se encuentran en densidades bajas, incluso donde son abundantes, con unas tasas medias de entre 1 a 5 parejas por cada 100 km².
En cambio en invierno las grullas se trasladan a zonas inundadas, marismas y estuarios, prados húmedos y terrenos adehesados. Durante la época de muda en la que no pueden volar se encuentran en aguas someras y carrizales donde ocultarse. Durante el periodo de migración generalmente se encuentran en terrenos abiertos, como los campos de cultivo.
Reproducción[]
Nada más llegar a sus lugares de cría, las grullas se entregan a un complejo ritual de cortejo —siempre en lugares tranquilos y apartados—, en el que ambos sexos ejecutan una serie de movimientos, saltos y exhibiciones acompañados de un considerable griterío. Finalizado el cortejo, la pareja busca un emplazamiento adecuado para el nido, que suele tratarse de alguna pequeña elevación entre las plantas palustres; en ella se sitúa una estructura desordenada —que les servirá para sucesivas temporadas—, construida a base de tallos de carrizo y ramas, en la que la hembra deposita, normalmente en el mes de mayo, dos huevos de color variable, entre beis y verde azulado, brillantes y moteados. La incubación —en la que participan ambos adultos— dura aproximadamente un mes, al cabo del cual nacen los pollos con unos días de diferencia entre ellos, lo que conlleva que el primero reciba las máximas atenciones, en tanto que el segundo puede llegar a malograrse. A las pocas horas de la eclosión, las pequeñas grullas son capaces de desplazarse por sí mismas y abandonan el nido en compañía de sus progenitores. A los 67-70 días, los jóvenes comienzan a practicar sus primeros vuelos. La familia se mantiene unida durante la migración y toda la invernada, hasta el momento en que se inicia el retorno a las áreas de cría, que los adultos emprenden algo más temprano.