Los zorros voladores son los murciélagos más grandes que existen, ya que algunas especies pueden llegar a los 2 m de envergadura alar y un peso de 1,5 kg.
A diferencia de la mayoría de quirópteros, que son nocturnos, insectívoros y se orientan gracias a la ecolocalización mediante ultrasonidos, los zorros voladores son crepusculares, se alimentan de fruta, flores y néctar y utilizan la vista para guiarse en los vuelos y localizar la comida.
Descripción[]
Los zorros voladores son los murciélagos más grandes que existen, ya que algunas especies pueden llegar a los 2 m de envergadura alar y un peso de 1,5 kg. No tienen cola, presentan una garra en el segundo dedo de cada ala y tienen dos dientes incisivos en cada maxilar. La cara recuerda a la de un pequeño zorro, lo cual le otorga su nombre común.
Hábitat[]
Selvas lluviosas, bosques monzónicos y manglares.
Alimentación[]
Estrictamente vegetarianos, los zorros voladores se alimentan de fruta madura, flores y néctar.
Reproducción[]
La gestación dura entre 140 y 190 días y nace una sola cría en cada parto, ocasionalmente dos. Las crías son recogidas por el patagio de la madre en el momento de nacer y permanecen los primeros días agarradas a su cuerpo. Pasado este primer período, las crías se quedan en las ramas y agujeros de los árboles cuando la madre sale a alimentarse.
Conducta[]
Animales de comportamiento gregario, forman grandes colonias que se reúnen a descansar en los inmensos árboles de la jungla. La colonia más grande conocida en Tailandia, por ejemplo, está formada por unos 3.000 ejemplares.
A diferencia de la mayoría de quirópteros, que son nocturnos, insectívoros y se orientan gracias a la ecolocalización mediante ultrasonidos, los zorros voladores son crepusculares, se alimentan de fruta madura, flores y néctar y utilizan la vista para guiarse en los vuelos y para localizar la comida.
Estatus y programas de conservación[]
Sus poblaciones están disminuyendo considerablemente los últimos años a causa de la caza directa, la desforestación y la degradación progresiva de su hábitat. Según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), la especie ha registrado un descenso de alrededor del 30% durante los últimos quince años.