El antílope sable o negro (Hippotragus niger) es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia Bovidae. El nombre del género significa "caballo macho cabrío", y es debido a la similitud que existe entre los antílopes de este género con los caballos, y al mismo tiempo con los caprinos por la forma de los cuernos, largas orejas caídas a ambos lados de la cara, y su resistencia. Los otros miembros de esta subfamilia son el adax y los órices.
Distribución[]
El Antílope sable vive en las sabanas del sur de África, desde el sureste de Kenia, en el este de Tanzania, así como en Mozambique hasta Angola y en el sur del Zaire, principalmente en la zona de bosques de miombo. Prefieren una mezcla de pastizales y bosques de sabana y evitan, en la medida de lo posible, las vastas tierras abiertas.
Descripción[]
Se trata de antílopes de gran tamaño, patas largas, cuellos gruesos cubiertos de crin, orejas largas y móviles, formas redondeadas y una característica máscara facial negra sobre fondo blanco que está presente en todos los miembros de la familia. No obstante, al contrario que el resto, los sables son de hábitos arbustivos y prefieren el cobijo de la vegetación a los hábitos desérticos de los órices y el adax. Alcanza una longitud cabeza-cuerpo de hasta 2,45 m y su cola mide entre 40 y 50 cm. Además, su altura en la cruz oscila entre los 1,30 y 1,50 cm y llega a pesar de 200 a 240 kg. Es capaz de correr a velocidades de hasta 57 kilómetros por hora en una persecución.
Es similar al antílope ruano (Hippotragus equinus), pero los machos adultos son de un color negro profundo, salvo por las marcas blancas de la cara y vientre, y sus cuernos son realmente largos superando el metro de longitud, aunque también se encuentran curvados hacia atrás, lo que le da nombre a la especie. Por el contrario las hembras y los jóvenes de la especie son de un tono rojizo. Esta especie se encuentra amenazada por la caza abusiva y por los conflictos de los países en donde habita.
Comportamientos y Alimentación[]
Tiene un periodo de gestación de aproximadamente 9 meses y esta gesta solo produce una cría que se deja escondida entre los arbustos o la hierba alta. La madre regresa una o dos veces al día para amamantar a sus crías. En un par de semanas, la cría será lo suficientemente fuerte como para unirse a la manada. El destete se produce 6 meses después del nacimiento. La reproducción de las hembras comienza a los 2,5 años y la de los machos a los 5 años.
Macho y hembra
Los antílopes sable son animales herbívoros (Folívoros, Graminívoros). Son animales ramoneadores especializados y se alimentan de follaje, hojas, hierba de longitud media y hierbas, especialmente las que crecen en los termiteros. Las hojas de los árboles proporcionan el 90% de su dieta. También visitan los salegares y se sabe que mastican huesos para recoger minerales.
Al igual que el resto de los miembros de su familia, son antílopes fuertes y resistentes, con poderosos cuernos y gran temperamento que luchan con bravura contra sus depredadores; esto queda patente en la forma que tiene de usar su cornamenta en cada caso, pues mientras que en las luchas sociales entre machos por posesión de las hembras o jerárquicas, ambos contendientes cargan el uno contra el otro de rodillas, mientras que al defenderse de sus atacantes, embisten apuntando con su cornamenta. Pese a sus formidables armas, al contrario que en el caso de los órices, los recentales no nacen ya provistos de cuerna.
Los antílopes sable son diurnos pero son menos activos durante el calor del día. La mayoría de los antílopes recorren alrededor de un kilómetro y medio al día, incluso menos cuando es la estación seca. Viven en manadas de 10 a 30 individuos, normalmente hembras con sus crías y un macho líder. Sólo unos pocos de los machos maduros más dominantes pueden obtener y mantener territorios, que intentan establecer en las mejores zonas de alimentación, ya que cuanto mejores sean las perspectivas de alimentación, más hembras se sentirán atraídas por la zona. Estos animales son tímidos como la mayoría de los demás antílopes, pero se vuelven agresivos, sobre todo los machos, que pueden llegar a ser peligrosos para humanos si les atacan o se acercan a ellos. Cuando los antílopes sable se ven amenazados por depredadores, incluidos los leones, se enfrentan a ellos utilizando sus cuernos en forma de cimitarra. Muchos de estos grandes felinos han muerto durante tales peleas.
Antílope con su cría
Amenazas e Importancia[]
Los humanos son la única amenaza real del antílope sable. La subespecie de antílope sable gigante está catalogada en peligro de extinción debido a la caza de trofeos y a la pérdida de hábitat. Los estudios demuestran que la desnutrición, las enfermedades y la calidad del hábitat también han limitado el número de antílopes sable.
Los antílopes sable contribuyen al ciclo de nutrientes de las plantas y la hierba en otras zonas. Las crías sirven de presa a los grandes depredadores como leones, leopardos, hienas, etc.